51.- Encuentro y cervecitas en Ayamonte 27/06/09

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Diez de la mañana, ya había gente en el parking esperando, el primero, el nuevo, nuestro amigo forero José Manuel estaba allí clavado esperando al resto, hacía días lo habíamos conocido al presentarse en nuestro foro, pero es la primera vez que lo veríamos en directo.

Poco a poco fue llegando el resto de la gente hasta juntarnos un buen número de motos, que cada vez que quedamos para tomar alguna cervecita son mayor número los amigos y nuevos que se presentan, entre ellos hoy también Paco, que fue una grata sorpresa porque no le esperábamos, aunque algunos ya lo conocíamos, le pusimos cara al nick que se escondía en el foro.

Una vez todos allí presentes, pusimos rumbo a la cafetería del mercado, donde nos aguardaban unos churros y unos cafés que nos sentaron de maravilla. Allí aprovechamos para comentar la jornada de ayer de donación de sangre y el mucho cachondeito que se pudo formar, comentamos también el tema de nuestra próxima ruta motera de N-431, que ya es tema habitual en todas nuestras reuniones entre amigos.

Trajeron unas cuantas bolsas de churros, que pesarían varios kilos, no se como, pero no dejamos ni uno solo!, parece ser que cojer la moto es sinónimo de ponerse hasta las botas comiendo, porque el hambre apretaba de una forma que no era normal. Estábamos muchos, Paco, VR, Vatoloco, Bad Boy, El Nota, Jose Manuel, Jaime y Jota, aunque mas tarde se nos unirían Antonio Hidalgo, Futre y Goliath.

La sorpresa la dio VR, que por primera vez salía con su Lolita customizada, ella, de capitana de ruta, la primera guiándonos al resto por las calles de Ayamonte hasta la playa de Isla Canela, donde era nuestra siguiente parada para tomar unas birritas.

Llegamos y nos pusimos a beber esperando a los que venían de Niebla, que se habían pegado la paliza para tomarse algo junto a nosotros.

Una vez todos allí, ya tranquilos estuvimos charlando y programando Faro para este año, quien iba, que día y cosas así, mientras salían otros muchos temas. Cerca de la 1:30 partimos de vuelta, acompañamos a los que se iban a la sierra un rato por la carretera, y a comer, que aún apretaba el hambre a pesar del copioso desayuno que nos habíamos pegado.